8 de octubre de 2012

La era de la retromanía

Por Céline Gesret

"Los grupos de rock de ahora tienen su propio sonido, pero no inventan nada nuevo, de hecho, no creo que se haya inventado una corriente musical nueva desde el dubstep".

La cita es de Dominique A, cabeza de fila del rock independiente francés desde hace veinte años. Él mismo es un cantante “víctima” o parte integra del fenómeno de la retromanía, descrito por el periodista anglosajón Simon Reynolds como la vuelta al sonido de los 80-90 por los grupos actuales. El rock-pop se mueve como un pez que se muerde la cola. Estancado hasta que salga algo nuevo. Aunque la repetición y la copia parecen ser partes integrantes del rock a lo largo de su historia. Desde sus principios, desde Elvis y Dylan, el rock se nutre del pasado, retrocede para reinvertarse.
 

En los inicios del rock, en los 50, los grandes hits se hicieron a base del folk o del gospel de principios de siglo xx o del siglo anterior. En 1954, Ray Charles inicia su carrera con el título I got a woman, que será la versión blues rock del gospel It must be Jesus de Bob King. En1964, The Animals saltan a la fama con la canción The house of the rising sun. Es una canción tradicional escrita en la Nueva Orleans del siglo xix y grabada por primera vez en 1934. Pero es en 1950 cuando se hace canción comercial con la versión de Moody Gothrie.
 

En los 60, los Beatles, los Rolling Stones, Dylan, llenaron las caras B de sus discos de covers. En 1970 Georges Harrison saca My sweet lord, a base de la canción He’s so fine de The Chiffons. El ex Beatles perderá el juicio por plagio poco después. Los 60 fueron los años de más covers, mientras la canción Hey Joe es la más retomada de la historia del rock. A principios de los 70, aparecen discos enteros de covers. David Bowie en el álbum Pin ups se inspirará mucho de The Merseys. Brian Ferry empezará su carrera en solitario con discos de covers.
 

“El rock murió en 1966”, alegaron los miembros punks de The Cramps en 1978. El grupo usará sin problemas dos canciones para construir su éxito Surfin’ birds: Papa Oom mow mow de The Rivingtons y Surfin’ birds de The Trashmen. Es un primer sample. Mientras, otros tantos grupos de punk se divierten: Devo destruye la canción Satisfaction de los Rolling Stones, The Damned saca el primer disco de punk, antes de los Pistols, con una cover de los Beatles, Help. Los Ramones se encariñan del twist de Chris Montez, Let’s dance (1962), y The Clash retoman la canción de Junior Marvin, Police and Thieves.
 

La llegada de las grabadoras electrónicas en los 80 y 90 ayudará a reivindicar y legitimar las copias y samples de canciones del pasado. Los grupos de Dj’s de Bristol como Portishead, Massive Attack y su cantante Tricky se harán expertos en samples. Glory Box, la canción más famosa de Portishead, producida en el álbum Dummy en 1994, está hecha a base de un bucle del álbum de Isaac Hayes, Black Moses, con la canción Ike’s Rap II. Tricky lo incluirá también en Hell is around the corner. Copiando pero a pinceladas. Otros no hicieron lo mismo y sus álbumes fueron prohibidos por su productora. Es el caso de The Grey Album de Danger Mouse en 2004. El músico mezcló dos albums: el White Album de los Beatles y el Black Album de Jay Z. Tuvo un gran éxito y Paul McCartney y Jay Z se lo tomaron como un gran homenaje a ambos. No fue la opinión de la productora EMI, que prohibió el disco.
 

El periodista Simon Reynolds explica en la introducción de su libro Retromanía que los años 2000 han producido una música acorde con su época. Estamos acostumbrados a archivar cosas en discos duros o en Internet y eso hace que miremos más hacia el pasado. Según él, la retroguardia reemplaza la vanguardia. Dice Reynolds: “No vale decir que no ha pasado nada en la música de los 2000. En muchos sentidos, hubo una vorágine de microtendencias, subgéneros y estilos recombinados. No solo nunca hubo antes una sociedad tan obsesionada con los artefactos culturales de su pasado inmediato; tampoco hubo nunca antes una sociedad que pudiera acceder al pasado inmediato con tanta facilidad y abundancia”.
 

Puede que la música del futuro venga de otros horizontes. Así lo predice Dominique A: “No creo que los nuevos sonidos vengan ahora de los países anglosajones, tal vez salgan de Asia, de Taiwan, ¿quien sabe?”

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